En la semana de la mujer, te compartimos la historia de Karin Bobbert, creadora de la granola insignia que tanto te gusta!
Los comienzos..
Antes de que existiese Windberg, en el año 2004, Karin con 55 años, funda Kariñola desde la cocina de su casa. Con estudios en diseño en la Universidad de Chile y dedicada al arte en fierro, esmaltes y metales, Karin ve que su negocio no tiene una demanda constaste y que no lograba aportar lo suficiente a la familia. Es por eso que, comenzó a pensar en alguna comida que se consumiera rápido, que no se echara a perder en unos días y que se pudiera almacenar. Es en esta búsqueda, una amiga le regala un libro de cocina donde había una receta de granola. Sin pensarlo mucho, dijo: “esto es lo que tengo que hacer” y se lanzó a cocinar en su casa!
Lo primero que hizo fue, mejorar la receta del libro con la ayuda de su hija para obtener un producto nutritivo, 100% natural, más que algo solamente rico. Después, buscó buenos proveedores para asegurar una excelente calidad, que a todo esto, en varios casos son los mismos que tiene Windberg hoy en día! y lo más importante, fue encontrarle un nombre a este nuevo producto, ya que era algo novedoso para la época y no tenía mucho que ver con los metales que hacía. Ahí su marido, se le ocurrió combinar, su nombre Karin; su mayor atributo: el amor y el cariño por los demás; y granola; Naciendo así: KARIÑOLA.
Kariñola, en sus inicios la cocinaba en su hogar y las ventas se hacían de boca a boca con sus cercanos y colegios de sus hijos, luego, al presentarse la oportunidad de vender a tiendas naturistas de la época y a un hotel en Santiago, se mudan al “taller”, lugar donde actualmente Windberg realiza los productos que tanto conoces.
Según ella: “Este emprendimiento ha sido un desafío. Un desafío para hacer cada cosa, como por ejemplo salir a tocar puertas para vender mi granola donde a veces me recibían super buen y en otras no tanto..pero es ahí donde hay que volver a intentarlo. Creo que la Divina Providencia y Dios me abrió los caminos para que las cosas se fueran dando”.
Con el paso del tiempo y con el crecimiento de la empresa, su hijo Tomás es quien sigue su legado con Windberg desarrollando nuevas recetas e intentar hacer un negocio que sea bueno para ti mismo, tu entorno y el medioambiente.
Nos sentimos muy inspirados y orgullosos de nuestros inicios, y por eso queríamos contarles la historia de Karin y Kariñola. Esperamos que te haya gustado nuestra historia!
Les dejamos el link de la entrevista completa realizada el año 2012 por Macarena Velasco en su blog Historias de Mujer.
http://historiasdemujeresmm.blogspot.com/2012/06/la-mejor-receta-de-una-emprendedora.html